Pablo Picasso es uno de los
pintores inmortales que ya existen. Su nombre no deja indiferente a nadie y su
obra, es una de las más representativas, admiradas y buscadas que existen.
El Museo Picasso está situado en
la ciudad de París en el Marais, un lugar muy reconocido en la ciudad en parte,
por la cantidad de lugares emblemáticos que tiene para visitar y de entre los
cuales, el museo, es uno de los más destacados para el turismo.
Pablo Picasso es un pintor
español que, tras una visita a Francia en 1934, no volvió a su país por rechazo
al régimen establecido por Franco. En plena dictadura, muchos artistas de todas
las categorías buscaban un refugio en las cercanías de los países hermanos como
vía de escape para sobrevivir.
La obra de Pablo Picasso está no
obstante, muy inspirada por sus pequeños recuerdos de España, con los símbolos
más populares que conoció desde muy joven. La imagen del toro (a menudo
representado con forma de minotauro) y la guitarra son los más representativos
que se han visto reflejados en su obra infinitas veces.
La muerte del pintor dejó al país
en el que residía, Francia, con numerosas deudas que se cobraron en forma de
legado a través de sus obras. El Estado francés heredó muchas de sus pinturas
como pago a los numerosos impuestos y, tiempo más tarde, quiso enseñarlos al
público como parte del patrimonio artístico.
El Museo Picasso abre sus puertas
en 1986 en una amplia mansión del siglo XVII, el Hotel Salé, en el Marais. El
gigantesco lugar cuenta con una buena colección de la obra del pintor; “El
Beso”, “Los dos hermanos”, “Mujer Leyendo” o “Pintor con paleta y caballete”
son algunas de las pinturas que podrás ver si visitas París y deseas ir al
Museo Picasso.
La colección, presentada en orden
cronológico, tiene en su primera planta las obras pertenecientes a los periodos
azul y rosa, cubista y neoclásico. En la planta baja nos encontramos con las
esculturas en el jardín y las grandes obras de sus últimos años.
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