Buen lugar para descansar unos días

Ya son varios los fines de semana que hemos pasado en este hotel. Situado en plena costa, la verdad es que ofrece descanso y tranquilidad a quien lo necesite. Es una maravilla levantarte por la mañana y salir a las mini terrazas que tienen las habitaciones y ver la costa cántabra.

Los exteriores del hotel están bien, a 50 metros se encuentra la playa de islares, pequeñita pero muy acogedora. Tiene el inconveniente que cuando sube la marea, desaparece, pero si la pillas con la marea baja es un sitio muy agradable para darte un chapuzón. Además, hay cerca un restaurante donde comer al aire libre (si no te gusta el del hotel, claro).

En cuanto al hotel en si, el personal ofrece un trato y atencíón agradable, las habitaciones no son muy grandes, pero suficientes para que la estancia sea acogedora. Lo mejor, es la terracita en la que puedes salir a respirar el aire puro de la costa. El restaurante es variado y con buena calidad, ofreciendo todo tipo de comida (tanto en carnes como pescados). Por supuesto, que ofrece también buena oferta de marisco, como corresponde a esta zona del cantábrico (suele tener ofertas especialmente en mariscos). Además, el hotel tiene en los exteriores un bar muy pegado a la costa, donde poder tomar cualquier consumición contemplando el mar.

Eso si, el hotel está alejado del pueblo, un kilómetro más o menos, con lo cual el coche es algo imprescindible. El hotel cuenta con un pequeño parking, que normalmente suele ser insuficiente, pero muy cerca se puede aparcar sin ningún tipo de problema. En definitiva, una buena opción para alejarse de la ciudad a reposar unos días.