A sólo una hora y media de la ciudad de Sydney se encuentra el Parque Nacional Blue Mountains, un ejemplo del modo en que los habitantes de la ciudad saben disfrutar de la naturaleza que les rodea, hasta convertirlo en un envidiable estilo de vida. Se llama así porque suele haber siempre una neblina azulada provocada por los rayos de luz que dan sobre las gotas de aceite dispersas sobre los árboles. Entre montañas, acantilados y curiosas formaciones rocosas de piedra arenisca, el parque de paisaje semi selvático es un pulmón que desconecta por completo del ritmo de vida urbano, e invita a descubrir a cada paso rincones de gran belleza.
Otro de los principales atractivos de este lugar, son las numerosas cascadas que se pueden apreciar a lo largo y ancho del mismo: estas caídas de agua dan lugar a hermosos arco iris que enmarcan la belleza de este parque. Entre las actividades que se pueden realizar, se encuentran el trekking, un paseo por el railway o el Scenic Skyway o una caminata por sus amplios y hermosos bosques tropicales cargados de humedad, a lo largo de los cuales se pueden apreciar tanto los hermosos paisajes como de las aves exóticas y demás animales que habitan en el lugar.
Para bajar hacia el paseo que recorre el parque se puede hacer bien en un trenecito o en funicular. Aconsejo el trenecito, es como ir en la montaña rusa. La entrada son unos 20 dólares australianos. Si se quiere, se puede ver el parque desde un teleférico (desde aquí se ven muy bien las cascadas). Hay un restaurante tipo buffet en el parque para los que se quieran quedar a comer. Este tiene un plataforma giratoria de tal forma que mientras comes, vas girando para así poder contemplar todo el parque natural.
Si queréis más información, podéis visitar la página oficial (en inglés): Página Oficial
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