El Puente Romano es la "puerta de entrada a la ciudad". Forma parte de la Vía de la Plata, calzada romana que enlazaba Mérida con Astorga y que adquirió gran importancia económica y estratégica tras la ocupación romana. Fue construido por los romanos para cruzar el río Tormes y de esta manera acceder a la ciudad. La construcción data del siglo I y se le atribuye a Trajano. Tiene 26 arcos, aunque de la construcción romana sólo quedan 15 en el margen derecho.
A la entrada del puente contemplamos a un verraco ibérico o toro inmortalizado por la narración de "El Lazarillo de Tormes". Su lugar de origen fue justo en medio del puente. Se intentó así reconstruir la silueta del toro y el puente, que forman parte del escudo heráldico de la ciudad, desde el siglo XIII. En la entrada del puente también se encuentra un moderno conjunto escultórico, de autoría de Agustín Casillas, que representa a Lázaro de Tormes en compañía del ciego.
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